Amé bodas y pájaros,
los postigos abiertos
y la enfermedad enfriando la
casa,
nuestros anillos en invierno.
Amé sueños,
las heridas melancólicas,
el sexo alcohólico;
fuimos los señalados
todo lo que la gente
dice de unos perdidos,
aferrados a nuestros
genitales,
en el desasosiego
con dulces palabras.
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